Los trabajadores agrupados en la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados están en pie de guerra. Y según atiendan o no sus reclamos de recomposición salarial en esta época final del año de paritarias reabiertas, la semana próxima podrían avanzar con un paro de la actividad.
Ayer, desde el gremio que comanda José Alberto Fantini, se confirmó que sigue el plan de lucha en el marco de su reclamo salarial. Esta semana, las medidas comprendieron una reducción de las tareas durante la jornada laboral. A partir del miércoles de la semana que viene se avanzaría en debatir la opción de un cese total de actividades.
Ante la falta de una propuesta por parte de los empresarios, la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados dispuso que los y las trabajadoras cumplieran sus tareas en un 50% de su capacidad operativa en todos los establecimientos de la industria por un período de 36 horas. La medida que impactó en todas las fábricas del país culminó ayer jueves en la medianoche.
Desde el gremio alegaron una «ausencia de respuestas patronales en la mesa paritaria sectorial». E informaron en un comunicado que «si no hay acuerdo la semana próxima el gremio convocará a un paro total y profundizará el plan de acción con más medidas de fuerza».
Desde la Federación, demandan no solo un incremento salarial para el personal de la rama de carne roja sino también el pago de un bono de fin de año. La posición gremial es escalar en los próximos días con medidas graduales -como la que se adoptó esta semana- hasta desembocar en «una huelga general nacional» que todavía no tiene fecha.
«La intransigencia empresaria es total, por lo que la Federación reclama a los patrones responsabilidad social», dijo Fantini. El gremio agrupa a más de 50.000 afiliados en todo el país, en más de 70 seccionales en el territorio nacional, con lo que una medida de fuerza se haría sentir, aunque dependería mucho de su extensión para que impacte en los mostradores. Sin embargo, no dejaría de alterar el clima de diciembre que el Gobierno busca mantener sosegado.
Las partes habían acordado, para la rama de carne roja, un acuerdo a comienzos de años por el 55% de recomposición salarial hasta marzo 2023. Entonces, la revisión se había pactado para enero de 2023.
Desde la representación sindical insisten en que no hay «una respuesta satisfactoria al pago del bono de fin de año y a la revisión salarial para completar el período interanual entre abril de este año y marzo de 2023». Y que el conflicto puede escalar si no cambia esta postura.