Tras diez días de incertidumbre y de contratos suspendidos por un trascendido del Ministerio de Economía que manifestaba la intención de derogar la Ley de alquileres, el gobierno puso paños fríos al ataque. Fue a través de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, que afirmó en conferencia de prensa que «la Ley de Alquileres es perfectible, pero es la que está vigente». Cerruti respondió de esta manera públicamente a los dichos del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien expresó que el mercado de alquileres «está roto» y que la ley actual es «un problema para los propietarios y para los inquilinos».
En la conferencia que brinda todos los jueves a la prensa acreditada en la Casa Rosada, Cerruti consideró que la ley de alquileres “es perfectible, aunque protege a los inquilinos”, y sostuvo que “hasta que no tengamos una herramienta mejor, es la ley que está vigente”, aunque “siempre estamos dispuestos a que el parlamento dé las discusiones que tiene que dar, o que se hagan propuestas para encontrar las herramientas necesarias”.
De esta forma, puso paños fríos a una incertidumbre que comenzó dentro de la misma coalición gobernante que lo instaló en la agenda pública luego de un almuerzo que mantuvo el ministro de Economía Sergio Massa y el presidente Alberto Fernández a propósito de la vuelta de Massa de Washington. El verbo que utilizaban desde el entorno del ministro es «volar» la ley de alquileres, pero no manifestaban de qué forma. En el Congreso no habían llegado lineamientos. Si bien no avanzó mucho más, el ruido fue suficiente para que muchos dueños e inmobiliarias pausen la firma de contratos, quitándole aún más fuerza a una ley que se cumple poco.