Los precios mundiales de los alimentos bajaron levemente en enero, por décimo mes consecutivo, a causa de un descenso de los precios del trigo y de los aceites vegetales, anunció el viernes la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Se trata de dos productos que exporta la Argentina.
El alto precio de las commodities le dio oxígeno a la Argentina en un contexto global, y especialmente local, adverso. Las exportaciones mantuvieron el ingreso de dólares al país. Pero al mismo tiempo, ponía más presión en la inflación.
Es la paradoja de la Argentina: precios altos benefician a las exportaciones y el ingreso de divisas, pero propulsan una mayor inflación fronteras adentro. Pero si ahora bajan los precios internacionales, la inflación global tenderá a ceder, lo que podría acompañar el plan de Sergio Massa de llegar a un IPC mensual menor al 3% (tras el lanzamiento del nuevo Programa Precios Justos), pero traerá menos dólares del exterior.
En enero, el índice del valor de los alimentos de la FAO, que sigue la variación de los precios internacionales de una canasta de productos básicos, disminuyó levemente respecto a diciembre (-0,8%).
La cifra contrasta con el pico que alcanzaron los precios en marzo de 2022, cuando registraron un incremento del 17,1% respecto al mes anterior, debido a los primeros efectos de la guerra de Ucrania.
Aunque el precio global de los cereales permaneció prácticamente estable, sí que subieron los del arroz y el maíz.
Los precios internacionales del arroz «aumentaron un 6,2% respecto a diciembre», a causa de una «disponibilidad más restringida, la fuerte demanda local en algunos países exportadores asiáticos y movimientos de los tipos de cambio», indica la FAO.
Además, «a causa de la fuerte demanda de exportaciones de Brasil y de las preocupaciones relacionadas con la sequía en Argentina», los precios mundiales del maíz también subieron levemente.
En cambio, el precio del trigo bajó un 2,5% debido a la abundante producción que se espera en Australia y Rusia, que «superó las previsiones», señala la FAO.
Los precios de los aceites vegetales también disminuyeron en enero, un 2,9%. Los del aceite de palma y de soja «cayeron a causa de la débil demanda mundial de importaciones, mientras que los de los aceites de girasol y de colza bajaron por la abundante disponibilidad para la exportación», explica la organización de Naciones Unidas.
Los precios del azúcar también se redujeron respecto a diciembre de 2022 (-1,1%), así como los de los productos lácteos (-1,4%). El precio de la carne se mantuvo estable. Justamente algo que en la Argentina no ocurrió: subió el 10% en tres días.
La organización de la ONU confirmó asimismo una «contracción» de la oferta de cereales en 2022-2023, un «1,7% menos» que el año anterior, aunque en leve alza respecto a las previsiones de diciembre.